In the days before Christmas I was commissioned to take photographs of a modern church near Madrid, in the center of Spain. Its name is San Juan de Dios Parish, and it is in the town of Getafe.
The client was an old colleague of mine. I have known Jack Frost for ten years now; we worked together until 2009, and since we left the company we have kept in touch - any excuse is good to share a beer and a chat. Jack is half British - half Spanish, and apart from having a taste for the English humour, he also has a special taste for details. As an architect, he prefers simple spaces, pure geometries, and has a skill for controlling the natural light and solve the problems that appear day by day while we architects are building a building.
A good part of his many years of practice is reflected in this church. The budget was very short; however, the final result does not show it at all. The exterior volume is an addition of several cubes, pointing towards the park and the trees that are placed right behind the altar, to the North. The façades are rendered, following the modernist style. The entrance is a re-interpretation of a classical entrance colonnade, just reduced to a minimal expression of concrete and steel. The metal cross on the façade reminds me of the X-sections used by Mies Van der Rohe, and it is a nice, elegant touch. There are three simple doors in dark graphite colour, with frosted glass on the sides that reflect the outside.
The church has modern, white-painted lines, with a main and austere space for the public masses, and a smaller chapel for more intimate ceremonies. The ceiling slopes up towards the altar, which is really stark, with a few sculptures and a corten steel altar table. On one of the sides we find a beautiful, naked cross lit by the sun from both sides. On the other side, there is a small patio separating the office from the small chapel, dominated by an olive tree. The detail reminded me of the famous houses by Campo Baeza, and it is also perfectly justified by the religious significance of the olive tree. I found it to be the nicest detail of the whole building: the tree is visible from both main spaces, creating a perfect beautiful background for the chapel´s altar. Last but not least, I would like to mention the use of natural light across the building, from the vertical windows of the East façade, to the top ones that allow the church to be perfectly lit during the day.
I took the pictures during a whole morning. Since it was winter and quite early, my first photos of the exterior were surrounded by a very flat, white light, almost foggy, but towards midday we had blue skies with a low but strong sun. You can see how dramatic the light comes into the space in most of my pictures. Miguel Ángel, the parish priest, had the patience to let me work on my own and was very helpful showing me his favourite corners. You can see how everything was displayed in careful order.
Overall, I had a great time working on this building, and I hope the pictures show it. And I also learnt that you should not take new shoes to a photo-shoot when the surroundings are muddy!
Thanks to Jack and Miguel Ángel and I hope this is just the first of a long list of collaborations!
Rafael
Unos días antes de Navidad, recibí el encargo de tomar fotografías de una iglesia cercana a Madrid, en España. Su nombre es Parroquia de San Juan de Dios, en Getafe.
Mi cliente en esta ocasión es un antiguo colega. Conozco a Jack Frost desde hace más de diez años; trabajamos juntos hasta 2009, y desde que dejamos aquella empresa hemos estado en contacto - cualquier excusa es buena para charlar y compartir una cerveza. Jack es medio británico - medio español, y además de tener un gusto por el humor inglés, tiene un especial gusto por el detalle. Como arquitecto, prefiere los espacios sencillos, con geometrías puras, y tiene una gran habilidad para controlar la luz natural, así como para resolver los problemas que día a día aparecen cuando nosotros, arquitectos, construimos un edificio.
Buena parte de su experiencia se refleja en esta parroquia. El presupuesto era muy limitado, pero pese a ello se ha conseguido un edificio de gran nivel. El exterior es una macla de cubos y volúmenes sencillos, orientados hacia el parque y los árboles que rodean el edificio tras el altar, al Norte. Las fachadas de mortero están pintadas, al estilo del modernismo, en un blanco cálido. La entrada parece una re-interpretación de un pórtico clásico, reducido a la mínima expresión de hormigón y acero. La cruz metálica de la fachada recuerda las secciones en X de Mies Van der Rohe, y constituye un detalle sencillo pero muy elegante. Tenemos por último tres puertas en color grafito, con cristal ahumado a los lados reflejando el exterior.
La iglesia tiene lineas puras, con paredes y techo en color blanco. Consta de un espacio principal muy austero para la misa, y una pequeña capilla a uno de los lados para ceremonias más íntimas. El techo se inclina abriéndose hacia el altar, donde prima la sencillez, con sus esculturas y la mesa del altar en acero corten. A uno de los lados encontramos una bonita cruz desnuda, iluminada por el sol desde ambos lados. En el otro lado hay un pequeño patio que separa la capilla de la sacristía, dominado por un olivo. Este detalle me recuerda a las famosas casas de Campo Baeza, y la vez está perfectamente justificado por el significado religioso del olivo. En mi opinión, es el detalle más acertado de todo el edificio: el árbol es visible desde ambos espacios de oración, y crea una bonita imagen de fondo para el altar de la capilla. Por últimos, señalar el uso de la luz natural en el edificio, desde los huecos verticales de la fachada Este, a las ventanas altas que permiten que la iglesia esté perfectamente iluminada durante el día.
Tomé las fotos durante una mañana entera. Puesto que era invierno y muy temprano, las primeras fotos del exterior están inmersas en una luz muy plana y blanca, casi como si hubiera niebla, pero hacia el mediodía tuvimos un cielo azul radiante, con el sol bajo pero radiante del invierno. En muchas de mis fotos, puede verse el efecto dramático de la luz entrando en el edificio. Miguel Ángel, el párroco, tuvo la paciencia de dejarme trabajar a mis anchas, y me ayudó mostrándome sus lugares favoritos del edificio. Además, como se puede ver en las imágenes, todo estaba cuidadosamente ordenado.
Trabajar en este edificio ha sido una experiencia muy positiva, y confío en que las imágenes lo muestren así. Y también he aprendido que uno no debe de estrenar zapatos durante un encargo, sobre todo si el exterior del edificio está embarrado!
Gracias a Jack y Miguel Ángel, y espero que ésta sea la primera de una larga lista de colaboraciones!
Rafael